La vigilancia epidemiológica por la contaminación atmosférica sigue sin aplicarse en el área metropolitana de Monterrey a pesar de que fue contemplada los programas ProAire y ahora en el Programa Integral de Gestión de Calidad del Aire (Pigeca).
Esta vigilancia consiste en medir las afectaciones a la salud en la población e implementar medidas preventivas por la mala calidad del aire, que suele agravarse en esta temporada de inversiones térmicas, y que en el 2021 originó mil 732 muertes prematuras en Nuevo León, de acuerdo con un estudio del Institute for Heath Metrics and Evaluation (IHME).
La directora del Observatorio Ciudadano de la Calidad del Aire, dijo que, aunque hay un programa piloto de la Secretaría de Salud estatal, no hay certeza en su aplicación.Los programas ProAires se han implementado desde hace varios sexenios.
El primero fue en 1997, con el fin de fijar acciones y objetivos para mejorar la calidad del aire.En el Pigeca, que es el plan de la actual Administración estatal para reducir el aire sucio, se detalla la necesidad de establecer y operar el sistema de vigilancia.